El aguacate en sí tiene muchísimas buenas propiedades, entre ellas es muy hidratante, tanto si nos lo comemos como si nos hacemos alguna mascarilla para la cara o para el pelo. El caso es que comenzó en mí una obsesión por esta fruta que hasta indagué para descubrir cómo poder comerme el hueso. Para mi sorpresa, descubrí cómo poder germinarlo para tener un árbol de esta especie. Y como ya sabéis, yo antes de deciros nada tengo que probarlo, aquí tenéis mi experiencia y mis truquitos para sacar adelante un hueso de aguacate.
Yo intenté germinar tres y sólo me salieron dos, uno simplemente tenía raíces pero nunca sacó tallo, y es que a veces no terminan de germinar. Por eso es mejor poner más de uno, ya que siempre hay tiempo de regalar el que nos sobre o no queramos. En un año se recomienda trasplantarlo a otra maceta más grande o en el jardín, quien tenga claro. (En un lugar donde no corra mucho aire y no sea frío, preferiblemente.) En cuanto al riego, todo dependerá del clima (cuanto más calor, más hay que regarla); de la tierra donde esté plantada (si tiene mucho drenaje habrá que regarla más) y de otros factores. Creo que esto es algo que se aprende con el tiempo, aunque por dar una aproximación que se pueda ajustar a casi todo el mundo diría que: las primeras semanas de trasplantarlo, regarlo dos veces por semana para que se asiente; y después una vez por semana.
Es muy importante tener un buen drenaje, de lo contrario las raíces se pudrirán rápidamente y con ellas la planta entera.
Y como siempre aquí tenéis el vídeo de cómo germinar un hueso de aguacate. Espero que os haya servido tanta palabrería y que os animéis a tener esta planta. Hasta el próximo vídeo.